El peso, el petróleo y el gobierno se devalúan y los más pobres pagan el pato

El peso, el petróleo y el gobierno se devalúan y los más pobres pagan el pato

Augusto Hugo Peña Delgadillo              Dossier ahpd  782          agosto 25 de 2015

El gobierno al igual que el peso mexicano y el petróleo, están devaluados a un máximo histórico. Jamás el peso mexicano había llegado a los 17 mil 500 pesos por dólar y si a ello le sumamos la baja del petróleo a una tercera parte de lo que valía hace dos años y que el gobierno requiere de pretextos para encontrar las soluciones que México necesita. Quo vadis domine!

El peso pierde ante el dólar casi un 40%; el petróleo baja a la tercera parte del valor de 100 Dólares en que estaba en diciembre del 2012; el gobierno de Peña Nieto se devalúa aún más debido al asunto de La Casa Blanca, la de Ixtapa de la Sal y la de Malinalco que fue adquirida por Luis Videgaray. La desgracia para México y los mexicanos, sobre todo los más pobres no para ahí, las instituciones todas están devaluadas al máximo, al mismo nivel mínimo que muestra la presidencia de la república. Todo ello no deriva de factores externos sino del pésimo gobierno que se impuso por medio de un fraude electoral y compuesto de gente inepta, de mala fe y corrupta.

El presidente, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens y Luis Videgaray, secretario de hacienda, aseguran que todo va bien y lo que mal va es por factores externos. Le echan la culpa a China, a Grecia, al alza de tasas de interés en EEUU y a otros factores externos, sin embargo es claro que la forma de gobernar de Peña Nieto y su camarilla de ineptos es la causa principal de los problemas socioeconómicos y políticos de nuestro país.

Ayer se presentó en público Emilio Chauyffet quien no tiene para cuando largarse a su casa a ayudarle al quehacer a su señora, porque como secretario de educación no ha servido más que para dos cosas, para maldita la cosa y para nada. Por su lado Rosario Robles la titular de SEDESOL se cubre de culpas e ineptitudes diciendo que para resolver el problema de la pobreza no solo por medio de SEDESOL se logrará sino que es responsabilidad del estado mexicano. Entonces… ¿Para qué asumió el cargo en el programa del combate al hambre? Ella y el subsecretario Nemer son los principales beneficiarios del combate al hambre. Los millones de mexicanos en pobreza extrema mejor que se sienten para que no se cansen de esperar. Este gobierno en ese y otros rubros ha sido, -en menos de tres años que asumió la presidencia Peña Nieto- un soberano fiasco.

Cuando empezó este sexenio alerte por medio de varios escritos la presencia de tantos libaneses en el equipo de Peña Nieto, lo hice porque se cómo son y los respeto por sus grandes cualidades para hacer negocio para ellos y por su amor al trabajo, sobre todo al trabajo que desempeñan arduamente para engrandecer sus negocios, pero como en todo hay peros, los peros que le veo el que haya tantos árabes e hijos de extranjeros en este gobierno es que carecen de ortodoxia en cuanto al sentimiento nacionalista mexicano y ello los coloca en un sector de empresarios que siempre verán por su beneficio propio y no por el beneficio de los demás, siendo estos los mexicanos y sobre todo los que menos tienen o que carecen de todo, los más pobres.

Esta gente prospera –reitero- porque son trabajadores y excelentes administradores de su hacienda particular y no la pública. La triste realidad es que se incrustaron en el gobierno para:

1.- Adquirir poder y así afianzar su poderío económico y no para servir a la nación. Y 2.- Alguien de ellos descubrió que siendo funcionarios públicos podían enriquecerse más y mejor sin tener que trabajar como lo hacían en sus negocios, esto es legítimo a todas luces pero es perjudicial para el Estado mexicano porque va en detrimento de la calidad de la política y con ello del propio gobierno. A Peña Nieto se los impusieron las mafias que lo llevaron al poder, a sabiendas que por esa misma falta de escrúpulos nacionalistas, servirían excelentemente para impulsar las reformas constitucionales diseñadas por las mafias –mexicanas y extranjeras- para obedecer a otros intereses ajenos a los de México y de los mexicanos, y que servirían para cumplir a pie juntillas los ordenamientos y designios de Washington. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.

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