domingo, 1 de marzo de 2015

Políticamente lo que sucede en Italia podría pasar en México ¿Por qué no?

Políticamente lo que sucede en Italia podría pasar en México ¿Por qué no?


Dossier ahpd 657                                            febrero 3 de 2015

En cuatro meses tendremos elecciones intermedias, se hará de nuevo que el poder legislativo se someta a los designios del sistema presidencialista. Mientras el presidencialismo involucre a todas nuestras instituciones, estados y municipios, el país seguirá hundiéndose en la miseria y la ignominia. México y los mexicanos no merecemos estar en un navío sin un timonel apto.
México podría aspirar a ser un mejor país si contara con un sistema político que obligara a todo funcionario público a posar para un escrutinio general y ser aprobado, y si las instituciones de gobierno tuvieran una independencia tal y como lo demanda nuestra Carta Magna. Una muestra de lo deseable es la del presidente de Italia que renunció por su incapacidad física y práctica para contener la podredumbre que las mafias generan al formar un binomio entre funcionarios públicos y políticos que involucran a las instituciones a su cargo, y empresas y empresarios ligados a las mafias que han crecido exponencialmente en Italia, igual que en México.
Este martes 3 de febrero, el nuevo presidente de Italia Sergio Mattarella, tomó posesión del cargo sin que ninguna institución del Estado italiano se viera afectada ni en crisis de ninguna índole, cosa que en México sería imposible porque el presidente en México tiene injerencia en todas las instituciones y las asume como parte de su poder y del de su partido, incluyendo a todas las secretarías de gobierno, instituciones de Estado, poderes legislativo y judiciales e incluso su poder infiere –siempre negativamente- por sobre el poder de los gobiernos de los estados y municipios.
Estas diferencias entre lo que es un gobierno institucional de veras como el de Italia y uno que también se dice institucional –sin serlo- como el de México, en el que el poder se concentra en las mafias de fuera y de dentro del gobierno, marcan la diferencia, de ahí la descomposición galopante que ha llevado a México a extremos tan indeseables como el que ha permitido que una pandilla de políticos en contubernio con otras pandillas de empresarios nacionales y extranjeros, se adueñen de los bienes del país –incluida una parte sustancial del erario- para su peculio grupal, dejando al pueblo de México, social, política y económicamente prácticamente en cueros, al desnudo ante las inclemencias de las fuerzas del mercado y las inercias de los cambios hegemónicos de los poderes globales financieros y políticos.
México, si no estuviese gobernado por una Kakistocracia (el gobierno de los peores) pudiese aspirar a ser un país como Italia u otros que pueden prescindir de la figura presidencial de un día para otro sin que ninguna institución se vea afectada. En nuestro país, por la concentración de los poderes. No tenemos previsto el que el presidente sea destituido y sustituido por otra persona que acuse mejores condiciones tanto de honorabilidad como de capacidad y voluntarismo. Por ejemplo: Si Peña Nieto solo ha demostrado ser un inepto y hay pruebas suficientes de su improbidad, ¿Por qué no podemos sacudírnoslo y sustituirlo por alguien que tenga mayores capacidades, mejores intenciones y una voluntad ideológica que vaya acorde a los intereses y los anhelos del pueblo? Creo que México y los mexicanos no han hecho nada como para merecer estar embarcados en un navío en el que el timonel es prácticamente un incapaz e inútil.
En cuatro meses más habrá elecciones intermedias para los cambios en el poder legislativo, y el PRI, el gobierno y los partidos Verde Ecologista y PAN como cómplices, ya tienen garantizadas las mayorías en el Congreso porque cuentan con el dinero suficiente para la compra de hasta 10 millones de votos, dinero proveniente de los porcentajes subrepticios adquiridos en compras y en contratos de obras públicas y de servicios. Expondré un solo ejemplo que pueda exhibir, ilustrar y clarificar de donde obtienen el dinero para la compra de votos. Hay compras programadas con dos fines: Uno.- Para dejar el sentimiento entre la gente de bajos recursos, que el gobierno ve por ellos, y dos.- Para la compra de votos de la gente necesitada, la que en número es superior a los 60 millones de habitantes. Me refiero a la compra de más de 12 millones de Televisiones, la que muy probablemente dejó una utilidad por debajo de la mesa (MORDIDA) por el orden de los 6 a los 9 mil millones de pesos. Así como este caso hay varios muy similares, como el tren México/Toluca y las obras del Aeropuerto de la Ciudad de México. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com

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