domingo, 1 de marzo de 2015

El análisis político es como un paraje de senderos confusos

El análisis político es como un paraje de senderos confusos


Dossier ahpd 675                                                        febrero 26 de 2015

Todo tiene un principio; el gusto por escribir, por analizar y opinar. El oficio de quien opina y no recibe más que el único beneficio del sentimiento personal que te indica que estás haciendo lo correcto, que es, lo que millones de mexicanos no pueden hacer por sus propias circunstancias,. Que te lean es un pago generoso por esta tarea que es, como un paraje de senderos confusos.
Hace años, más de 30, gustaba de escribir diariamente sobre políticas y costumbres del Medio Oriente, incluso algunos profanos –del tema- me consideraban un experto, cosa absolutamente alejada de la realidad. Era yo, por decirlo de alguna manera, un entusiasta aprendiz de cosas y hechos del Medio Oriente, incluyendo el idioma, la comida, vestido e historia, sobre todo historia y crónicas de lo que ahí acontecía en un mar de turbulencias políticas, derivadas de la voracidad de Occidente por imponerle sus designios a esa parte de la geografía, lugar lleno de sorpresas culturales, de petróleo, intrigas y una clase de habitantes de un estilo sui generis, que encierran en su ADN, una autenticidad absolutamente tribal.
Las circunstancias y ese supuesto conocimiento de la cosa medio oriental, me llevaron a Líbano en Marzo/Abril de 1982. Se trataba de una Primera Conferencia de Solidaridad con el Líbano, a la que asistieron cosa de 500 personas provenientes de 80 países, ahí se dijo. Por esas fechas la política de México no me había ocupado, pero ahí en Líbano me pude percatar que la misma injerencia de EEUU en México, afectaba a Líbano y a todos los países de esa zona, tal y como sucede en América Latina. Estados Unidos era ni más ni menos que Tarzán, el personaje de Edgar Rice Burroughs. Los latinoamericanos y los árabes del Medio Oriente somos el chimpancé de nombre Cheeta. ¡Claro! En todo, no solo en materia de política, economía y otros quehaceres humanos.
En 1982 Líbano estaba en medio de una guerra que empezó en 1975 (terminó en 1990) y de lo que se trataba dicha “Conferencia de Solidaridad” era instrumentar un pretexto válido con el fin de acabar con la autoridad y el orden palestino en Líbano ya que la OLP, Organización para la Liberación de Palestina comandada por Yaser Arafat, estaba enfrentada con milicias cristianas financiadas por EEUU y armadas por Israel para sacarlos del Medio Oriente porque le ocasionaban “algunos problemas” a los judíos, vecinos al sur del Líbano que se habían apropiado de Palestina para hacerla una base militar y un bastión del poder anglosajón británico norteamericano. De eso trataba dicha Conferencia coordinada por EEUU. Los maronitas dejarían entrar al ejército judío para acabar con los palestinos, ellos solo iniciaron la guerra suponiendo erróneamente que podrían controlar a los palestinos, según los consejeros de la CIA.
En 1982, anteriormente y hoy hasta nuestros días, la mayor parte de los libaneses son musulmanes al igual que los palestinos. Por ser correligionarios pudieron empatarse en sus esfuerzos y anhelos, de y para su sobrevivencia. Por eso, al haberse mostrado invencibles ante los cristianos maronitas, EEUU optó por organizar “La Primera Conferencia de Solidaridad con Líbano” a la que asistí en 1982, y luego, ya en junio, dos meses después, usar de sicarios a los judíos israelíes y a la milicia maronita. Ambos perpetraron crímenes de guerra que aún están impunes.
De compañero me tocó un senador belga, miembro del Parlamente Europeo, para mí fue una gran ayuda para comprender los alcances de esta Conferencia, la que este senador de nombre Francois Daneou Javier, calificó de la próxima masacre en Medio Oriente. Me dijo, “esta Conferencia es una mierda y quienes la organizan son lo mismo. No te ofendas, pero este gobierno es igual que el que ustedes tienen en México” –se refería al gobierno de Líbano- estos maronitas, los de LFL (Las fuerzas Libanesas) así se llamó la milicia del partido político El Kataeb. Dime, ¿Qué tiene de bueno y constructivo que Israel asesine a 10 o 15 mil civiles y a 5 o 6 mil milicianos palestinos solo para saciar el voraz apetito de los judíos, por tierras ajenas, las de los palestinos?
A mi regreso a México en mayo de 1982, empecé a interesarme más por la política de mi país. Ese joven senador belga del Parlamente Europeo, equiparó a los políticos del Líbano con los de México, y tenía razón. Esa guerra que planeo EEUU para Líbano enviando a sus sicarios judíos, costó la vida de 39 mil civiles, de 6 mil milicianos libaneses y palestinos, la deportación de la autoridad palestina a Túnez y la pérdida material de más de 50 mil millones de dólares. Líbano entonces tenía una deuda exterior inferior a los 2 mil millones de dólares, hoy está endeudado con 67 mil millones de dólares, suma impagable, tan impagable como la deuda de México. Aprender de otros países se aprende de México. ¿No acaso la guerra de Calderón y Peña Nieto ya ha costado 100 mil vidas, más la de 34 mil desapariciones forzosas y un costo superior a los 200 mil millones de dólares, solo en los últimos ocho años? Y todo para satisfacer los designios de EEUU. Aprender a analizar la cosa pública y la política es interesante, es como caminar en un paraje de senderos confusos, de ahí lo interesante. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com

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