La comunidad judía internacional opta por otras tierras lejanas a Israel
Dossier 685 marzo 18 de 2015
Organismo judío compra más de un millón de kilómetros cuadrados en Chile y Argentina por las deudas al FMI y al Banco Mundial. Probablemente se trata de tierras que ya eran de los Rockefeller
La comunidad judía internacional se presta a hacerse de La Patagonia como hace 65 años se hizo de La Palestina. ¿Para qué? Para someter a nuestros pueblos, como se hizo con los del Medio Oriente, a los designios de la clase WASP (Blancos Anglo Sajones Protestantes) para ello, EEUU y Gran Bretaña. Compraron a Argentina y Chile más de un millón de kilómetros cuadrados. Este dato es probable que se haya hecho público pero que se trate de tierras de los Rockefeller.
Después de 65 años que se creó –abusiva y artificialmente- el estado de Israel como hogar nacional judío, la comunidad internacional judía optó por otros lares para resguardar su seguridad y continuismo dentro del concierto de las naciones. No cabe duda que el proyecto de Israel ha sido un fracaso humano y un error político, el más grande después de la II Guerra Mundial, sus dirigentes han brillado por su racismo y por ser prácticamente unos carniceros equiparables a los nazis. Varios de sus primeros ministros han sobresalido por ser ladrones y criminales de altos vuelos y el prestigio de la judería se fue al caño, cosa que mortifica a la elite hebrea internacional.
La elite judaica que se preocupa por el futuro de su comunidad, hace 65 años apostó a hacer de Israel un hogar nacional y no para servir de sicario y punta de lanza bélica para someter el Medio Oriente al servicio y a favor de Gran Bretaña y EEUU, quienes ostentan la hegemonía mundial, política, bélica y económica. La judería organizada hace 13 lustros, invirtió tiempo, dinero y esfuerzo e hizo parecer a los judíos como víctimas de racismo, pero jamás han justificado de el por qué el régimen nazi intentó borrarlos del mapa con un virulento genocidio muy similar al que hoy los judíos practican en Israel contra los palestinos. ¿Será acaso un brote nuevo de la reminiscencia del destino manifiesto o un retoño de la avidez del espacio vital? No lo sé pero eso parece.
Con la muerte de Edgar Bronfman presidente del Congreso Mundial Judío y ciertos cambios de dirección de AIPAC, organismo cúpula de la judería internacional, se llegó –probablemente- a la idea de que Israel era un fracaso en lo relativo al prestigio de los judíos. Las política emprendidas por Israel como Estado Paria al servicio del poder WASP (Blancos anglosajones protestantes) o sea Inglaterra y EEUU, han sido desastrosas ante los ojos del mundo civilizado porque se demostró fehacientemente que aquellas cosas que los judíos sollozan y plañen –holocausto y antisemitismo- haciéndose las víctimas del pasado, son exactamente lo que los judíos israelitas practican contra el pueblo palestinos, contra el mundo árabe y contra todo aquello que suene a islam. Por este fracaso tácito de Israel como proyecto de nación soberana e independiente, los judíos organizados en AIPAC (Órgano cúpula del judaísmo) y El Congreso Mundial Judío, optaron por hacerse de tierras al sur de América (La Patagonia) para recomenzar la aventura de crear –otra vez- un hogar nacional para los judíos, vacunándolos de los peligros del racismo que ellos mismos general.
Este proyecto de la judería apadrinado por Estados Unidos, le compra a Argentina y a Chile, terrenos en La Patagonia por más de un millón de kilómetros cuadrados (Más de la mitad de México) con el fin –dicen ellos- de crear otro proyecto de nación como otro Israel, otra tierra que si bien no es La Tierra Prometida por Dios, sí es una tierra comprada por el becerro de oro.
Pero la realidad que encierra este proyecto de nación judía, es que tiene una connotación hegemónica singular. Será la creación de otra base militar estadounidense al igual que Israel y con ello tendrán el control del paso del océano Atlántico al Pacifico y viceversa, dejando en claro que organizando a los judíos, los convertirán en los aliados y cómplices principales de EEUU para someter el Sur de América Latina a sus designios, tal y como lo han hecho en el Medio oriente. La Patagonia judía será socia de Gran Bretaña en el expolio de las riquezas naturales de Las Malvinas y así Argentina y Chile, a cambio de unas decenas de miles de millones de dólares que le adeudan al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, ceden su soberanía al permitir que los designios de Washington permeen a su antojo toda Latinoamérica, por medio de la judería como caballo de Troya para someter-más de lo que ya se encuentran- y a cualquier precio, la soberanía de los pueblos del Sur de Latinoamérica. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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