Humberto Moreira se anda placeando para que él –como se siente Juan Camaney- sea quien designe al nuevo candidato del PRI
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1471 julio 5 del 2017
Humberto Moreira se anda placeando para que él –como se siente Juan Camaney- sea quien designe al nuevo candidato del PRI para contender en la elección de Coahuila que debe de repetirse, debido –según Humberto- a que su hermano Rubén solo hizo estupideces. Aduciendo que Riquelme por lógica será un gran gobernador porque es “honesto” ¿acaso Humberto no fue expulsado del PRI? Esto deja ver que su expulsión fue solo una parodia.
Hace meses creía que era suficiente para vivir mejor, sacudirnos a los Moreira de nuestros lomos pero hoy estoy convencido que eso no es suficiente. Hay que acabar con el PRI, lo que no es fácil ciertamente, pero no imposible, porque dentro del mismo PRI nos están ayudando, ya que todos y cada uno de los priistas están podridos y ya han convertido a su partido en una inmundicia.
El cinismo le brota a borbotones a Humberto Moreira y por supuesto también a su hermano Rubén y a su partido porque no se han pronunciado al respecto. Según tengo entendido, por cuestiones legales Miguel Riquelme no puede ser otra vez el candidato, aunque conociendo las triquiñuelas del PRI, todo es posible. Estas declaraciones nimias e imbéciles del profe Moreira indican que la elección tendrá que reponerse debido al sinnúmero de irregularidades, todas ellas enmarcadas en el latrocinio y en actos fraudulentos en el que el PRI y Rubén Moreira incurrieron, y ni así pudieron ganar. El INE solo está esperando que su jefe supremo, Peña Nieto, salga a darle luz verde para anular la elección de gobernador en Coahuila.
Sería una impostura que alguien como Humberto Moreira saliera a dar esas declaraciones, pero tratándose de un cínico sinvergüenza como él, es muy lógico. Todo se puede esperarse de este ladrón consuetudinario, el que además se burla de la gente porque todo lo que dice y asegura es totalmente falso. En suma, es un ojete que parió el sistema político mexicano y que los ciudadanos tenemos que mantener. Si Humberto Moreira fuese el único ojete del PRI en Coahuila, no pasaría a mayores, pero son tantos, que el ciudadano de a pie no encuentra una verdad razonable sobre lo que acontece en los medios políticos. Llegó a mis manos un audio de una entrevista radiofónica a Javier Guerrero, y este malhadado sujeto trató de hacer con su retórica truculenta, una verdad ineludible sobre el sentimiento ciudadano respecto a los pillos que nos gobiernan, el propio Guerrero toda su vida fue uno de ellos, por lo que hemos de suponer que sigue siendo parte del entramado del PRI y de los Moreira. Su aparición como independiente fue solo una charada que fue armada desde las tripas del PRI para lograr el triunfo de los Moreira en Coahuila.
Y hablando de ojetes, ¿Qué podemos decir de Rubén Moreira y Riquelme? Son parte de la urdimbre tejida desde la presidencia por Peña Nieto para seguir en el papel de padrotes que maltratan a los más débiles y de quienes se dejan burlar y vejar, ¿no es acaso un padrote el que abusa de las mujeres y de los más débiles? Eso es este ejército que milita en el PRI, los que se han acostumbrado a vivir holgadamente a costa de los más pobres. Para lograrlo empiezan prometiendo lo que saben que no cumplirán, luego recurren a la mentira y al engaño, y siguen hasta llegar por medio de vejaciones a su cometido, que es el de robar, el de enriquecerse en lo personal, pero como su codicia no tiene límites, recurren al fraude electoral y compra de votos.
La compra de votos al igual que todo lo que implique un fraude en los comicios, son delitos graves y punibles por la Constitución, sin embargo por medio de leyes secundarias tramposas, esos delitos de suyo graves, los tornan en hechos menores sin castigo alguno. Por ejemplo: Lo sucedido en Coahuila y en el estado de México fueron cosas graves que no pararán en nada contra los aviesos infractores de la ley. Razones hay más que suficientes para considerarlos unos ojetes y padrotes deleznables que se limpian la cola con nuestra Carta Magna. Quedarán impunes, porque hicieron de todos y cada uno de los apartados constitucionales –como el artículo 35 fracción I, entre ellos- una serie de jerigonzas muy difíciles de comprender e imposibles de establecerlas como lo que son, infracciones punibles por nuestras leyes primarias y constitucionales.
Estos son apenas una mínima parte de las pesadillas que tenemos que padecer, por lo que es menester salir de este círculo vicioso en el que quienes procazmente desde el gobierno nos metieron. Salir de estos problemas se dice fácil, pero para salir de veras, tendremos que hacer, si es preciso, una revolución pacífica o violenta, según se presenten las circunstancias y para ello, debemos armarnos de la resiliencia suficiente para superar las traumáticas condiciones que nos han plantado frente a nosotros, estos despreciables pillos que se dicen gobernantes nuestros. El ¡Ya basta! Lo tenemos enfrente, echemos mano de todas nuestras fortalezas, para sacudirnos estas alimañas que han ensombrecido nuestras vidas. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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