Hacía muchos años que México no había tenido desencuentros con EEUU
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1465 Junio 31 del 2017
Para Joseph Stiglitz premio nobel de economía en el 2001 y maestro en la universidad de Columbia, el rompimiento económico entre México y Estados Unidos es inconcebible, sin embargo se está dando, tanto por la actitud de Donald Trump como la forma vergonzante del canciller mexicano y de otros funcionarios incluyendo al presidente Peña Nieto
Hacía muchos años que México no había tenido desencuentros con EEUU, fue hasta la llegada de Trump a la campaña para presidente de su país, que el departamento de relaciones exteriores de México y el propio presidente, empezaron a hacer agua. Mostraron su novatez y poco conocimiento de las formas diplomáticas y le permitieron a Trump, faltarles al respeto y a nosotros también, a los mexicanos y a México como nación independiente y soberana.
Stiglitz asegura que lo inconcebible de un rompimiento económico entre EEUU y México se debe al tamaño de las inversiones que Estados Unidos tiene comprometidas en México, lo que nos ha hecho prácticamente dependiente del vecino del Norte. Es tanta la dependencia de México hacia EEUU que sería imposible un rompimiento ya que Estados Unidos sería el más perjudicado. Lo que sucede es que Trump y su atrabiliario estilo de hacer negocios lo tiene confundido y cree que la política y la diplomacia son lo mismo que sus negocios inmobiliarios, de ahí que sea tan agresivo y grosero con quienes debería ser más cauto, inteligente y decente en sus tratos.
El premio nobel de economía dejó en claro también que el populismo nada tiene de malo ni es negativo si este se encamina a favorecer a las clases más necesitadas. El populismo es una forma de hacer campañas políticas y muchas veces la intención del populista es prometer miles de cosas y con el tiempo, después del triunfo, las incumple. Este es el caso específico de Peña Nieto, quien prometió las perlas de la Virgen en campaña y ya en la presidencia se ha dedicado a favorecer solo a los ricos, a los poderosos y a las empresas trasnacionales, dejando en claro que su populismo era convenenciero y falso, al dejar frustrados a todos los mexicanos que lo han visto ya como enemigo, el quien llegó a enriquecerse a costa de los más pobres a quienes prometió en campaña, un paraíso harto en bondades y beneficios, y al no cumplir, como Peña Nieto lo hizo, dedica ahora su tiempo en espiar a quienes buscan la transparencia, la justicia y la equidad para todos.
Obama se dijo populista y lo fue con éxito, sin embargo Trump es un populista falso, es una suerte de vividor que cree que amedrentando a quienes negocian con él logrará mayores ganancias; en la política esto no funciona y menos en la diplomacia. Hay muchas formas de ganar pero esta no es la mejor, la usan quienes carecen de inteligencia y usan la fuerza, por eso hemos visto como todo lo que ha emprendido Trump ha sido un fracaso rotundo. También hay otras formas tontas de hacer populismo, como el populismo de Peña Nieto, quien en todos sus discursos tiene que recurrir a mentir, a esconder la realidad y a eludir sus responsabilidades, este es el peor de los populismos.
Peña Nieto como presidente enseñó el cobre, demostró con sus actos que no sirve para gobernar y sí para engañar, robar y embaucar a quienes se dejan, pero la mayoría de los mexicanos han visto en él la realidad, es el presidente menos aceptado por la ciudadanía por falso y deshonesto, con él solo se ha visto el deterioro de la economía de los de abajo, y jauja para los más ricos.
No supo cómo relacionarse con el nuevo gobierno de EEUU y recurrió a la sumisión vergonzosa, dejando al descubierto nuestra soberanía e independencia, las que se han visto afectadas de manera escandalosa y, a pesar de ello ha seguido intentando con sus discursos engañar a quienes por su mala suerte les ha tocado ser gobernados por él. Ya urge sacarlo del gobierno para evitar que nos siga afectando y continúe degradando nuestra política. Le quedan menos de dos años de presidente, tiempo suficiente para seguir hundiendo a México en la pobreza, a los mexicanos en la miseria y a él en la ignominia. Hay dos formas de acabar con esta catástrofe en que Peña Nieto ha convertido al país; la una es por medio electoral y la otra es con las armas.
Los mexicanos no están organizados como para sacarlo por medio de las armas, aunque al parecer ya hay grupos de insurgentes que están atacando a soldados y a policías de manera incipiente. Por medio electoral no se ha podido porque Peña Nieto y el sistema electoral que el PRI ha establecido en base a fraudes amparados en las trapacerías que el gobierno sabe hacer para robarle a los ciudadanos sus anhelos y voluntades, cosa reprobable, la que al parecer no tendrán fin sino hasta que este tipo de gobernantes sean expulsados por algún medio de la cosa pública. Por lo pronto Peña Nieto ya cuenta con nuestro desprecio el que se ha ganado a pulso por deshonesto y falso, pero al parecer eso no ha sido suficiente, y más porque ya se supo que él –Peña Nieto- fue quien compró el sistema de espionaje Pegasus, y que quien primero lo adquirió fue Murillo Karam, un pillo que tuvo que renunciar por inútil y sinvergüenza. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
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Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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