El Topo Chico: La masacre que pinta la clase de gobierno que tenemos
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 910 febrero 14 de 2016
¿Qué te gustaría decirle al Papa Francisco, estimado lector?... Yo le diría lo que a continuación he escrito y además lo invitaría a Saltillo para que conociera a Humberto Moreira, es una maravilla de mexicano, un gran priísta y un puntal importantísimo para el arribo del presidente Peña Nieto a la presidencia de nuestro país. Ahí será para la otra. ¡Querido Papa Francisco!
Papa Francisco, si quieres saber cómo es México ve al Topo Chico en el corazón de Monterrey, la ciudad más progresista de México. Aquí en El Topo el Chico te podemos enseñar la clase de justicia que hay en México, aquí sabrás que es la equidad en nuestro país y como son nuestros gobiernos, no necesitas ir a Ecatepec ni a La Villa, ni hacerle al Juan Diego adorando ayates. Esta es tu tierra, amigo Francisco, es tierra de indios y también de conquistadores. ¡Che!
México es tu casa Papa Francisco, aquí lo mismo puedes disfrutar de un buen guacamole con tortillas calientitas como del saber que hay miles de sacerdotes que violan a los niños y que arzobispos, obispos y cardenales, entre los que por supuesto también hay no pocos pederastas. Encubren a esos pastores de almas que por la razón que sea decidieron mejor gozar de los cuerpos de los pequeños y las pequeñas. Quédate más tiempo entre nosotros Papa Francisco, así podrá conocer más y mejor a Norberto Rivera, un tipo que parece taquero, pero no te confundas, vive como marajá con el dinero que emana de las limosnas que los fieles aportan para sus placeres y sus liviandades. Déjanos presumirte que también tenemos otro arzobispo cardenal que se llama Juan Sandoval Íñiguez, es otro encubridor de pederastas y muy amigo por cierto del amigo de los Papas, me refiero a Marcial Maciel Degollado, es de Cotija, muy cerca de Morelia, no dejes de ir a rezar por él a esas parroquias donde comenzó su degenere. ¡Hay muy buenos quesos!
No regreses a Roma sin ir a conocer la casa de nuestro presidente, está en Las Lomas, le dicen La Casa Blanca porque ese es su color y porque se la regalaron unos cuates de los que ahora uno de ellos es director de PEMEX. La casa es linda, no dejes de ir a verla, así viven los presidentes. Claro que el Vaticano es más chipocludo, pero entiende, nosotros apenas somos mexicanos, no argentinos. Si pasas por el Altiplano no dejes de echarle un ojito a la celda 20 de la que como por milagro de no sé qué santo, el Chapo se fugó en motocicleta. Llévate una piedra del túnel como recuerdo. Muy cerca está Toluca y puedes ir a conocer a Arturo Montiel Rojas, tiene una casa a toda madre y te puede pasear en el Ferrari de su hijo. ¡Vale la pena!
¡Ah!... Pero lo máximo del tour por nuestro México Lindo y Querido sería que conocieras Pachuca, La Bella Airosa, ahí tendrás el placer de conocer a Jesús Murillo Karam, es libanés, casi paisano de Jesucristo, él sabe la verdad, la verdad histórica sobre los 43 normalistas de Ayotzinapa, y desaparecidos en Iguala, a todos ellos y a otros seis les fue igual o peor que a Nuestro Señor, a uno lo desollaron vivo y luego por supuesto lo asesinaron. Fueron nuestras autoridades, por eso es importante que no dejes de ir a Pachuca, ahí Murillo Karam te pondrá al corriente, nadie como él sabe la verdad histórica, y después de saber eso ya puedes con toda calma y placidez, luego… ¡Regresar a Roma a descansar!
Si por equis razón no te puedes zafar del viaje a Ecatepec, cuando menos pide que te presenten a Onésimo Cepeda, era hasta hace poco el obispo de esa diócesis, se retiró porque estaba muy cansado de hacer milagros. Según él –no es cuento, él lo dijo incluso por medio de la TV- que había ya hecho cuatro milagros y ello le había cansado sobremanera, me imagino que por eso se retiró a sus aposentos familiares lejos del bullicio eclesiástico, pero déjame te cuento –como dicen los laguneros- hizo un quinto milagro, se quedó como un milagro de la impunidad que gozaba en México, con unas cuadritos al óleo que valen más de 300 millones de dólares, se los clavó a una viejita con alzheimer, son obras de arte pintadas por Modigliani, Picasso, Rivera, Tamayo, Goya y Chagall entre otros. Antes de morir dicha viejita fue con Onésimo a que le diera algunas indulgencias plenarias, y este se las vendió en cuatro pesos, pero le dijo, fírmeme aquí, una hojita en blanco en la que luego la lleno con el texto necesario para legalizar una “donación voluntaria” y personal –no a la iglesia sino a Onésimo Cepeda- de dichos cuadritos. Si ves a Onésimo, estimado Papa Francisco, no deje de pedirle que te muestre dichas obras, son bellísimas, el precio es lo de menos tratándose de Onésimo Cepeda. Por lo pronto: ¡Bienvenido a México Papa Francisco!
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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