Judíos israelíes adoptaron el estilo del racismo WASP contra negros, latinos y amarillos

La judería israelita adopta el racismo WASP de EEUU

Dossier 577                                  noviembre 3 de 2014

En Israel, los judíos, copiando a calca el racismo británico y estadounidense WASP, llevan a cabo su política educativa para inculcarles a los judíos desde su más tierna infancia que son “elegidos de Dios” y que el palestino es una alma “animal hospedada en un cuerpo humano” ¡Pamplinas!

La TV, la prensa, el cine estadounidense -lo sabemos- está en manos de judíos norteamericanos, y nadie puede negar que en cada película o artículo en el medio en donde se relacione México con EEUU la comparación es obvia: ellos son Tarzán y nosotros asumimos el papel de Cheeta, el chimpancé que acompañó a Tarzán en sus aventuras. He visto docenas de películas norteamericanas que tratan de mafiosos, de crímenes de toda laya, incluyendo el juego, el narcotráfico, el robo, la trata de personas y la cuestión migratoria. Normalmente, los filmes se desarrollan en torno a Los Ángeles y cuando la escena se traslada a nuestras fronteras el panorama cambia de orden: los rascacielos se tornan pueblos polvosos con niños chamagosos encuerados jugando en las calles sin pavimento, en medio de perros, gallinas y marranos.

Esta misma práctica mediática la aplican los judíos en Israel con Palestina y los palestinos, a los que denomina árabes, como si los judíos no fuesen en su origen, árabes. El judío en Israel, desde su más tierna infancia, “descubre” que es un elegido de Dios y que el árabe, el palestino propiamente dicho, es un alma “animal encarnada en un cuerpo humano” y que La Tierra Prometida fue robada por ladrones paganos. Esto lo dice un judío, no yo, se trata de un intelectual judío honesto en sus apreciaciones y humanista como difícilmente hay otros entre los judíos, se llama José Steinsleger, quien normalmente toca este tipo de asuntos en sus escritos. Esto del racismo judío calcado del WASP norteamericano ante los negros y los latinoamericanos, es una práctica política que afecta principalmente al niño judío, el que al crecer se percata que no es más que los no judíos, que como judío tiene que vivir como rémora y alimentarse de lo que no se alcanza a tragar el WASP – el Blanco Anglo Sajón y Protestante, o sea un no judío-  de lo que se le cae de la boca, en suma, se entera que no es “elegido de Dios” ni de ninguna deidad que la humanidad haya tenido o tenga. Es un simple humano con ínfulas inventadas, come frijoles y alubias y eructa caviar y faisán.

Sigrid Lehman, académica judía, dice: “Nosotros estamos predispuestos a recibir a un árabe como Goyin; como europeos que somos lo percibimos como un enemigo asiático y como socialistas, como es mi caso, los percibimos como gente de lo más atrasada”. El profesor Daniel Bar-Tal de la universidad de Tel Aviv ha estudiado 124 libros de primaria, secundaria y enseñanza superior y asegura que se emplean estereotipos negativos que denigran a los palestinos. Los libros de primaria son racistas y crueles, en la secundaria bajan de tono porque el niño judío ya no es tan niño y se percata de la realidad, y muchos de estos jóvenes que aún no han sido inoculados con el racismo sionista, no están de acuerdo que se tilde a los palestinos de incapaces, apáticos, fatalistas, poco cultos e improductivos, mientras esos mismos textos elogian a los judíos, destacando de ellos “su valentía, ser decididos e industriosos”, cosa absolutamente falsa.

El sistema educativo del judío glorifica el poder militar y la guerra como un estilo de vida superior: desde niños los hacen convivir con soldados y armas, los trepan a los tanques militares, les toman fotos con soldados y les enseñan a darles las gracias por matar a sus “enemigos”. Los hacen escribir cartas y tarjetas a los soldados, tratándolos como santos porque han expuesto sus vidas y han matado a terroristas árabes. ¡Ah!... pero jamás les dicen que ellos, los judíos, son los terroristas y que Israel es un país de sicarios al servicio de los Blancos Anglo Sajones protestantes, cristianos británicos y estadounidenses. De esto los judíos se enteran cuando crecen pero como ya han perdido el humanismo, la sensibilidad y los escrúpulos, pasan el resto de sus vidas –la mayoría- intentando hacerse de dinero como si se tratase de Dios, y esa práctica la llevan a cabo de manera religiosa y con gran constancia… eso en un sentido los hace símiles a los gringos, pero en su esencia, en lo intrínseco, son solo judíos.  O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.

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