lunes, 24 de febrero de 2014

Ariel Sharon, uno de la oncena más criminal que ha gobernado Israel, está muerto

La muerte de un genocida judío.


Enero 10 del 2014
Ariel Sharon, “León de Dios” y ex premier israelí, se va definitivamente, pero al mismo infierno *Este malvado sujeto, miembro del cartel sionista fue condenado, por sus crímenes, con la conjura Pulsa Denura
La muerte de un genocida, siempre para la humanidad es buena noticia: el 1º de enero del 2014, la noticia venida desde Jerusalén, Palestina, nos indica que Ariel Sharon, una bestia humana transformada en guerrillero, y luego convertida en Primer Ministro judío israelí, está muy grave. La realidad es que el alma de Sharon, desde hace más de siete años, ya se encuentra en el infierno rindiendo cuentas ante el mismísimo Shitan (El diablo). Ariel, nombre que le pusieron sus padres, quiere decir literalmente (Ari=León) y (Él=Dios), en lengua aramea, no hebrea, porque ésta es una jerigonza literal y verbal, montada sobre el alfabeto fenicio y la lengua aramea, respectivamente. Pero retornando al hecho de que Sharon está llegando al fin “de su vida”, cosa falsa en lo absoluto porque desde el 2006 es un vegetal y su cuerpo se mantiene artificialmente en un hospital judío, se desprende la idea que  –si hay Dios y Demonio- el alma de este animal, sin duda desde entonces, se encontraba ya en el fondo del infierno.
Ariel Sharon no fue el artífice de nada, simplemente era el actor material de los crímenes de lesa humanidad que perpetró en su mísera existencia. Él recibió la orden desde Washington para cometer aquel crimen inolvidable por terrible, el de Sabra y Chatila, dos campamentos de refugiados palestinos en Beirut, en los que perecieron acribillados por medio de metralletas Uzi hechas en Israel con dinero de EEUU, 2,823* palestinos, de los cuales 1,310 eran mujeres, la mitad de ellas, ancianas y niñas; 404 niños menores de 13 años, y el resto hombres, en su mayoría de la tercera edad y enfermos, que no tuvieron en sus manos armas para defenderse del feroz ataque del que fueron objeto la madrugada del 16 de septiembre de 1982 y en el transcurso del día 17 del mismo mes. ¿Cuál fue la culpa de estas víctimas por la que fueron masacradas de manera horrenda? Simplemente la de ser palestinos ¿¡Qué gran culpa!?... ¡PALESTINOS!
El 15 de septiembre del 82, el presidente electo de Líbano, Bechir Gemayel, fue asesinado junto a 22 de sus lugartenientes por medio de un bombazo que perpetró un cristiano maronita, allegado por ser hermano de la secretaria de Bechir, al que contrató Washington para tal crimen; atentado que sería achacado a los palestinos asentados en Beirut. El plan era culparlos, vía los medios masivos mundiales, para despalestinizar Líbano. Luego de cometido el magnicidio, Ariel Sharon recibió órdenes de la CIA para que le otorgase armas suficientes, para arrasar Sabra y Chatila, a un grupo de criminales libaneses cristianos maronitas, encabezados por Samir Gagea, el que de lugarteniente tenía a Eli Hobeika. Ambos armaron con los fusiles que Ariel Sharon les proporcionó, para asesinar indiscriminadamente a todo ser viviente de dichos campamentos, a más de 300 milicianos cristianos maronitas, que cayeron en el engaño, sedientos de venganza por la muerte de su líder Bechir Gemayel.
En menos de una hora, el ejército judío que recién había invadido al Líbano, comandado por Ariel Sharon, cercó los campos de refugiados para no dejar escapar con vida a ninguna alma.
Ese acto fue el más importante que hizo en su vida este maldito, el que aún permanece con vida artificial en un hospital judío. Por esta acción, Sharon fue maldito por los propios judíos, y por supuesto que por libaneses y palestinos, los que unieron sus voces de protesta ante la humanidad, pero los medios masivos de información y comunicación, acallaron sus voces inundando de mentiras la prensa impresa, la radio y la TV internacionales. Muchos judíos oyeron hablar por primera vez de la Pulsa Denura**. Una veintena de rabinos y cabalistas se reunieron en el cementerio Rosh Piná para convocar a los ángeles de la muerte, frente a la tumba de Shlomo Ben Yosef, y escenificaron un antiguo conjuro, la Pulsa Denura** para propiciar la muerte de los malditos; ahora se trataba de Ariel Sharon, como en octubre de 1995 lo fue para llevar a cabo el asesinato de Yitzhak Rabin, otro Iluminati de la judería internacional, quien fue maldito por robar al erario israelí. Lo demás dicho es lo de menos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mailah.pd@hotmail.com
2823* Es el número de cadáveres sacados con pala de los campos de refugiados palestinos, Sabra y Chatila, pero el número según la prensa, lo maquillaron, y la cifra que han difundido, ha sido solamente 1811. ¡Qué gran ahorro de culpa!
Pulsa Denura**  Es una conjura de judíos creyentes, rabinos sobre todo, para maldecir a los malvados.

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