Analogías de la educación en México
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Gracias a los dos huracanes que llegaron a nuestras costas, podemos evaluar a nuestro gobierno *Nuestro gobierno quiere evaluar a los maestros. ¿Quién evaluará al gobierno? Por lo pronto yo lo hago
Un observador japonés opina sobre la educación en México y explica con analogías el por qué nuestro país no funciona. Dice: “Imaginemos que va un camión con pasajeros por una carretera sinuosa, llena de baches y cuesta arriba; el camión es la escuela, el chofer es el maestro y la carretera en mal estado es México” México como lo sabemos y sufrimos tenemos un gobierno de escasa aptitud en todos los sentidos menos en el rubro de hacerse de lo ajeno; nuestras autoridades quieren evaluar al maestro, o sea al chofer; desean evaluarlo no para que mejore la enseñanza sino para controlarlo tal y como lo hace con las masas sociales a base de la militarización; preguntémonos… ¿Por qué no arregla las carreteras y los camiones? Estos últimos son las escuelas y los caminos son México. No, no lo hace por varias razones, una de ellas la incapacidad, inutilidad y corrupción de los políticos y los funcionarios públicos.
Otras razones –en este gobierno de Peña Nieto- son: Que lo más importante para Peña Nieto y quienes lo mueven como marioneta discursiva, es retomar el poder que tenían cuando el PRI gobernó durante 70 años, cuestión absolutamente imposible, porque los poderes fácticos nacionales y extranjeros ya se han adueñado del país incluyendo a los partidos políticos, PRI, PAN y PRD, en ese orden; esos poderes fácticos son los grandes empresarios mexicanos, las trasnacionales y la política estadounidense que siempre ha mantenido su bota sobre el cuello de nuestro gobierno y por ende de los mexicanos. Lo único que cuenta en México como valor supremo a partir de los gobiernos, del de la Madrid y Carlos Salinas hasta el de Peña Nieto, es el de las ganancias de dinero y poder de los empresarios y multinacionales, entonces los políticos y funcionarios públicos, sólo se han dedicado a enriquecerse a nuestra costa, desatendiendo sus tareas de proporcionar seguridad social, educación, empleo, alimentación y salud, los pilares básicos de lo que es realmente la política como ciencia y arte.
Hoy, con las tragedias que trajeron los dos huracanes a nuestras costas del Pacífico y el Golfo, pudimos ver que el responsable de la prevención, David Korenfeld, director de CONAGUA, no hizo su trabajo. ¿Y cómo hacerlo si su especialidad como empresario judío es la de hacer dinero? Para eso vino al mundo, para enriquecerse. El Secretario de Gobernación, mientras la gente se ahogaba y moría bajo los escombros causados por los huracanes, se apoltronaba en lo alto del Congreso del Distrito Federal, haciendo el papel de sinodal del regente cuando su obligación era estar al frente del contingente en nuestras costas y puertos, pero no, prefirió estar en eso de mantener el control del país para el beneficio de unos cuantos.
Peña Nieto por su parte, ocupado en su grito y desfile, dejó para después su obligación y dijo haber mandado a atender los desastres a la gente indicada, y que él asumía el costo político. ¿De qué costo político habla si la política hoy en México y los políticos valen para maldita la cosa?
Quienes podrían haber hecho mucho por las desgraciadas víctimas de los fenómenos naturales son, los secretarios de Educación y de Salud, pero no lo hicieron, estuvieron gozando de las mieles del poder oropelezco en Palacio en lugar de movilizarse y poner a su gente a trabajar, antes y después del paso de los huracanes; Emilio Chuayffet, secretario de Educación, lo sabemos porque su historia nos lo dice, es un pillo, inepto y especialista en trampas y chanchullos, amén de ser proclive al enriquecimiento de él y de su pandilla mexiquense; de la doctora Juan López, sólo sabemos que es de origen árabe al igual que Chuayffet, y que es muy rica, pero su ineptitud la estamos contemplando ahora, así que las familias que han perdido sus bienes y a algunos de sus familiares, ya saben o deberían saber quiénes son los principales responsables de sus desgracias, y los mexicanos todos ya podemos entender el por qué en México las cosas van de mal en peor en todo aquello de la política y la función pública. O ¿usted qué opina apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. 312 29 67 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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