“Estamos del mismo lado”; discurso más falso que un billete de 3 pesos
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 803 septiembre 25 de 2015
El presidente se fue a la ONU a dar cuentas –falsarias por supuesto- del estado que guarda nuestro país; ofrecerá un discurso en el que ofrecerá soluciones globales mientras en México no soluciona los problemas ingentes que nos acosan, secuestran y victimizan, pero no sin antes dejar a los padres de los 43 de Ayotzinapa inconformes por sus promesas incumplidas.
Unos días después de inaugurar un cuartel militar y de anunciar que se están construyendo otros 8 centros castrenses en México, y una horas antes de partir a Nueva York para asistir a la ONU y pronunciar un discurso triunfalista y harto de falsedades sobre el estado que guarda la república mexicana y sus 122 millones de habitantes, el 24 de septiembre del 2015, a un año de ese crimen de lesa humanidad y lesa patria, Peña Nieto se reunió con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa en un museo blindado militarmente para resguardar la seguridad de un solo hombre, el inefable Enrique Peña Nieto, con el único fin de continuar dándoles atole con el dedo a los deudos de los 43 jóvenes que fueron masacrados por el estado mexicano.
En esa sesión que organizó el mismo gobierno de Peña Nieto, no en Los Pinos sino en un lugar a donde los medios no tuviesen acceso fácil ni los manifestantes que se adhieren al dolor de los padres de los 43 desaparecidos, el presidente se sacó de la manga una frase un tanto desvergonzada, vil y ruin que les sorrajó en la cara a los reclamantes dolientes; “Estamos del mismo lado”, ¿a qué lado se referirá Peña Nieto?... ¿Al lado de la justicia, de las víctimas o los perpetradores? ¡Sepa la bola! La cuestión es que Peña Nieto no resolvió nada, no les aceptó sus peticiones condicionantes para llegar a un punto requerido por la verdad -8 por cierto-, ni tampoco se comprometió a nada concreto más que a no cerrar el caso. Con un cinismo que rondó en una burla a los dolientes, los trató de envolver en un discurso salido de un libreto burocrático para sacarlo a los medios y a los reflectores y candilejas, encabezado con la frase del momento: “Estamos del mismo lado”. ¡Qué poca madre!
La intención de Peña Nieto fue como la de todo malandrín que trata de revolver los dichos y las cosas para confundir, pero en este caso específicamente, el quid o meollo del asunto, su discurso con un contenido absolutamente vacío, tuvo la intención de hacer pasar el tiempo con el fin que el movimiento de los padres de los 43 de Ayotzinapa, se opaque, disminuya y olvide, dejándole al tiempo que encubra ese horrendo crimen de estado perpetrado en Iguala, Guerrero, el 26 y 27 de Septiembre de 1914, hace un año, un año en que la verdad y la justicia duerme el sueño de los justos, gracias a la “Verdad Histórica” diseñada desde Los Pinos para la PGR.
Peña Nieto, luego de esa reunión fallida, volará a Nueva York para seguir falseando otras verdades, mientras en México, la procuradora Arely Gómez que procura todo menos justicia, seguirá encubriendo las responsabilidades del ejército en tan grave caso, y con ello deslindar de cualquier culpa al estado mexicano, cosa que no sucederá porque las flamas del descontento social por lo de Ayotzinapa, Tlatlaya, Apatzingán y las casas de Peña Nieto y de Luis Videgaray, adquiridas en medio de sospechas fundadas contra ambos, ya están muy extendidas y nos abrazan.
Mientras tanto en la cúpula del PRI que sabe y siente que la mayoría de los mexicanos los repudia y vomita, están diseñando de la mano de Peña Nieto y de lo más granado del medio empresarial nacional o extranjero, un nuevo escenario político en el que los candidatos independientes serán –muy probablemente- quienes ocupen los lugares del PRI y del PAN en las gubernaturas y en la propia presidencia de la república. Por supuesto que los independientes no son tales, son priístas disfrazados de “independientes” para seguir usufructuando las mieles que escurren del erario y de la enorme satisfacción que se siente al ostentar un poder supremo aunque este sea solo de oropel. Por todo lo anterior, a los mexicanos solo nos queda la urgente e ingentes necesidades de deshacernos de este régimen nefasto y nefando, de cualquier manera y forma, pero de preferencia de manera pacífica por medio de las urnas. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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