El Estado judío de Israel, una paradoja que huele y sabe a racismo
Dossier ahpd 719 mayo 5 de 2015
El mundo civilizado esperaría de los judíos de Israel, dado el grado de cultura al que han escalado, un mejor comportamiento ante sus víctimas, el pueblo palestino, sin embargo las noticias de última hora provenientes del hogar nacional judío (Israel) mandan un mensaje desalentador. Ahora aderezan el racismo con la desvergüenza y la hipocresía.
Algo nunca visto en Israel está aconteciendo. Siendo uno de los países más racistas del planeta, dos casos indican que el pueblo judío de Israel, 80% de su población, se ha percatado que el comportamiento de la judería contra los palestinos no es la apropiada, y que el ejército de Israel abusó de los palestinos, en la guerra del año pasado en la que murieron miles de palestinos, sobre todo niños y mujeres, y los daños a la infraestructura civil de Gaza fue descomunalmente bestial, al grado que los daños superaron los 11 mil millones de dólares, daños que a más de un año de perpetrados por el ejército judío, nadie los ha reparado.
El maltrato a los palestinos ha sido la constante durante los más de 90 años en que llegaron judíos a Palestina vestidos con uniforme militar de Inglaterra, como “garantes” de un protectorado británico sobre Palestina, que previamente había sido destinado por la fuerza hegemónica WASP (Blancos Anglo Sajones Protestantes) británicos en complicidad con el gobierno de EEUU, para controlar a la población palestina, preparando lo que desvergonzadamente decretaron los judíos como una independencia. ¿Independencia de qué y de quién? Los judíos tenían mil años en Europa y dos mil años fuera de Palestina.
Los dos casos a los que me refiero como cuestiones paradójicas en Israel son: Uno.- Qué la noticia que invade al mundo sobre lo que acontece en Israel entre judíos, es que Benjamín Netanyahu dice que aprecia sobremanera a los judíos etíopes (judíos negros), prácticamente dice que los ama y que son una comunidad “muy valiosa” como ciudadanos israelitas, cuando en la praxis, desde hace más de 50 años, son tratados como perros, como obreros de segunda, como campesinos de tercera y como negros. El partido político al que Netanyahu pertenece es quien más mal ha tratado a los judíos negros de Etiopía, los que fueron llevados a Israel como sirvientes, “rescatándolos” de la hambruna que existía en Etiopía debido a las guerras impuestas con ese fin por los ejércitos aliados de Occidente encabezados por EEUU y Gran Bretaña.
El segundo caso se relaciona al dicho de soldados judíos que aceptan en público el hecho de que Israel trató mal de manera alevosa a los palestinos, tanto a las personas como a sus bienes; la idea era apabullar a los palestinos pretextando que algunos palestinos –probablemente- fueron los responsables de secuestrar y asesinar a 3 jóvenes judíos que se encontraban dentro del territorio palestino en Cisjordania. Esta reacción pudiese parecer un acto de paranoia pero en la realidad fue un acto deliberado para ir mermando las posibilidades de los palestinos de deshacerse del yugo que la judería les ha impuesto bajo el padrinazgo y complicidad de EEUU e Inglaterra.
Como podemos observar en estas dos noticias de hoy, mayo 5 del 2015, es que los otros elementos ocultos tras la discriminación a los judíos negros de Etiopía y el maltrato consuetudinario al pueblo palestino, son el racismo y la hipocresía, no solo del criminal de guerra Benjamín Netanyahu sino del propio ejército israelita que acepta con una tibia desvergüenza que sí hubo abusos contra los palestinos en Gaza. Todo el mundo sabe que los judíos masacraron a 2,677 personas en Gaza, más de la mitad eran niños, mujeres y ancianos, y que destruyeron la infraestructura de la ciudad de Gaza, causando un daño irreversible a más de un millón y medio de habitantes. Y sobre el racismo contra los judíos negros, he de decir que el racismo dentro del judaísmo es tal que los judíos esquenazis (europeos) discriminan a los judíos árabes y del Magreb y entre estos, los Chamis de Damasco, discriminan a los Halabis de Aleppo, y así unos a otros se desprecian conforme su linaje y además quien tiene más haberes pecuniarios discrimina a quienes viven en la pobreza o en la medianía, sin contar que desde su más tierna infancia se les enseña a despreciar a los no judíos, y más, si estos no son influyentes o adinerados. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. Cel. 871 211 95 91 – E-mail ah.pd@hotmail.com
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