Un fiscal italiano y el representante en México de la ONU para prevención de drogas y delincuencia opinaron sobre la propuesta de Peña Nieto de disolver a autoridades municipales infiltradas por el crimen organizado

Un fiscal italiano y el representante en México de la ONU para prevención de drogas y delincuencia opinaron sobre la propuesta de Peña Nieto de disolver a autoridades municipales infiltradas por el crimen organizado

Dossier ahpd 648                         enero 22 de 2015

Dos italianos: el fiscal Giovanni Tartaglia y el representante de la ONU en México para drogas y delincuencia organizada, Antonio Luigi Mazzitelli, opinaron sobre la propuesta de Peña Nieto –estúpida e inconstitucional, según mi criterio- de disolver los municipios infiltrados por el crimen. Es una treta del gobierno para eludir su responsabilidad en los casos de Tlatlaya y Ayotzinapa.

El representante en México de la ONU para la prevención de drogas y delincuencia, Antonio Luigi Mazzitelli, opinó sobre la propuesta de Peña Nieto sobre intervenir los municipios que estén infiltrados por la delincuencia organizada, cuestión de suya estúpida porque el crimen organizado a los que tiene infiltrados son a los gobernadores y a las autoridades federales. En la praxis, los municipios en México, y sus autoridades, están supeditados a lo que el gobernador les indique y los gobernadores todos, incluyendo a los que gobierna la oposición, supeditan sus acciones y programas a lo que el gobierno federal marque como pauta. De hecho en México la oposición –PAN, Verde, PANAL, PRD y otros- está aliada infelizmente al PRI.

Mazzitelli dijo que él estaría de acuerdo mientras la intervención a los municipios sea temporal más no dio la razón del por qué la temporalidad, sin embargo, en tanto el fiscal italiano, Giovanni Tartaglia, no quiso opinar porque en el fondo él sabe que los munícipes en México son una suerte de servidumbre de los gobernadores y estos a su vez lo son del presidente de la república. El sistema mexicano en la política así funciona, y el fiscal Tartaglia lo sabe y por ello se excusó de opinar para no cometer un acto incorrecto, políticamente hablando.

La propuesta de Enrique Peña Nieto para desaparecer las autoridades municipales, según mi criterio y basándome en nuestra Carta Magna, es una estupidez garrafal. Los municipios son o debieran ser el alma de la república y si no lo son, es porque el sistema político que impera en México se basa en puros intereses de grupo en donde la oligarquía está en primera fila, y el pueblo ocupa –si bien le va- el último escaño en la participación de gobierno. Antonio Luigi Mazzitelli sí está de acuerdo con la propuesta de Peña Nieto mientras estas acciones sean temporales, y el fiscal italiano, Giovanni Tartaglia, está en total desacuerdo porque sabe que México no se parece en nada a Italia en cuanto al funcionamiento del gobierno y sus instituciones. 

Las instituciones en Italia, incluyendo la presidencia, son serias, independientes y soberanas. Por ejemplo, el presidente renuncia –como lo ha hecho recientemente el presidente de Italia- o es destituido de su cargo, y no pasa nada, las instituciones siguen trabajando igual. Allá no llega el presidente nuevo a imponer a los jueces, secretarios, magistrados, gobernadores o alcaldes. En México todo funciona mal porque la cabeza está infiltrada por intereses ajenos al pueblo y a las instituciones, por ello la seguridad nacional y la soberanía están en crisis y en parte se han perdido. ¿Quién elige a un alcalde? Su pueblo, ¿entonces por qué Peña Nieto quiere quitarlos si no tiene facultades constitucionales para ello? Este asunto es solo una ocurrencia para lavarse las manos del asunto de Iguala/Ayotzinapa, dejando como único responsable al alcalde de Iguala, cuando todos saben que el ejército y la policía federal estaban ahí, en el lugar de los hechos.

Todos los actos y propuestas que Peña Nieto lleve a cabo para encubrir los crímenes de estado como los de Tlatlaya, Estado de México e Iguala/Ayotzinapa, estado de Guerrero, no le van a funcionar y van a descomponer más el panorama nacional, la credibilidad y la confianza en el gobierno y sus instituciones. Por más que regale cobijas, televisiones, despensas, cemento, tinacos y tarjetas de débito como las de SORIANA y MONEX, Peña Nieto y su gobierno no se van a poder quitar la mácula de represor, intolerante y pésimo gobernante. Por lo concerniente a Tlatlaya y Ayotzinapa, su suerte ya está echada. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.

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