sábado, 16 de noviembre de 2013

El gobierno quiere que se hable bien de México. Necesita corregir su actuación para que eso sea una verdad

El gobierno quiere que se hable bien de México. Necesita corregir su actuación para que eso sea una verdad

Noviembre 11 del 2013
Hoy más que nunca y más propicio que siempre, es tiempo de hacer de México un estadio mejor *Empecemos con nuestra persona, nuestra familia y nuestro entorno laboral; afablemente lo haremos. ¡Sí se puede!
“Trabajar por hacer un México mejor” suena a hueco porque esta frase la envilecieron los políticos y los grandes empresarios, pero nunca es tarde para rectificar y tomar la estafeta para mejorar las condiciones de vida de los nuestros, los mexicanos; nuestros coterráneos que no han tenido la buena suerte de salir de la miseria porque les ha tocado vivir la era de los patrones voraces y de los gobernantes procaces. Todavía hace menos de un año, la clase política mexicana (PRI-PAN) de la mano de la empresarial –COPARMEX y CCE Consejo Coordinador Empresarial- y con la complicidad mafiosa de los legisladores, querían sacar una reforma laboral y lo hicieron, torciendo las leyes, desgarrando nuestra Carta Magna. Hoy siguen en el mismo aquelarre, sólo que de lo que se trata es de violar, que no reformar, la Constitución, para darle “certidumbre” a los capitales extranjeros, a los de sus prestanombres en México y a este bodrio reformista que es una auténtica contra reforma, a la que eufemísticamente, quienes la impulsan le dicen Reforma Fiscal.
Al mismo tiempo, los mismos políticos, COPARMEX y el CCE, “trabajan” con otra “reforma” para sacarla adelante, le dicen Reforma Energética, cuando de lo que se trata es de una verdadera traición a la patria, de un descomunal saqueo a la nación y de un vil atraco a los mexicanos. No puedo entender tanta voracidad e indecencia, y eso que nací en un Banco Ejidal, al que ya se le decía “El Bandidal”, institución crediticia en la cual sus funcionarios, parásitos del sistema burocrático nacional, vivían como las garrapatas y las chinches: de chupar la sangre del campesinado empobrecido. Mi padre era gerente del banco, e igual que como todos los gerentes y funcionarios de los bancos rurales y ejidales a todo lo ancho y largo del país, vivía a costa de los agraristas y ejidatarios, como las chinches y las garrapatas, como hoy lo hacen -y sin banco ejidal de por medio- los alcaldes de Torreón, los gobernadores de Coahuila e infinidad de funcionarios públicos, parte consustancial de la burocracia parasitaria del sistema político nacional.
Por estos comentarios anteriores, vale la pena invertir un poco de tiempo en reflexionar para encontrar la forma de hacer de nuestro país un México más habitable, más amable con los que menos tienen y menos injusto de parte de quienes gobiernan y explotan los recursos del pueblo desde sus empresas, compañías siempre coludidas con funcionarios deshonestos, igual que ellos. Podemos empezar por nuestra propia persona, por nuestra familia y por el medio laboral en el que habitamos, tenemos que hacer de nuestro entorno algo mejor y más amable, sobre todo para la gente de abajo, los que menos tienen o que carecen de todo. No hay que engañar ni dejarse engañar por nadie, no hay que robar ni dejarse robar por nadie, no vejemos a nadie ni nos dejemos vejar, y tampoco permitamos que alguien veje, robe y engañe a esa gente pobre, la que por sus circunstancias, les tocó la mala suerte de vivir esta era de patrones voraces y de gobernantes procaces. O ¿usted qué opina apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
Zuloaga 22 c. p. 27140 Torreón, Coahuila. Tel. 312 29 67 – E-mail ah.pd@hotmail.com


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