No hay que mortificarse ni sufrir por lo que digan los demás de nosotros
AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 876 enero 1 de 2016
Un diplomático mexicano se mortifica por lo que se dice de México debido al discurso de Donald Trump. Esto me recuerda el cuento de un señor que llegó mortificado a su casa. La esposa le pregunta de por qué su temor y este le dijo que por ahí dicen que a los cornudos los echarán a un lago para que se ahoguen. La señora le dijo; no te mortifiques, tú sabes nadar.
El diplomático mexicano Enrique Berruga Filloy se muestra mortificado por lo que se dice de México y de los mexicanos en el exterior, derivado del discurso de Donald Trump que nos pinta como gente nefasta que solo le llevamos problemas a EEUU y a los norteamericanos; dice que es grave porque no solo la prensa de México y de EEUU toca este tema sino que en el mundo entero se publicita lo dicho por Trump, responsabilizándonos de la drogadicción de los jóvenes norteamericanos, la mala vida y otros tipos de delincuencia que de México exportamos hacia Estados Unidos vía los emigrantes mexicanos que van en busca del sueño americano.
Yo no me mortificaría para nada de esos dichos y menos que se expandan hacia Noruega, Suecia, Australia, Medio Oriente, la India o el África, porque en todo el mundo se sabe que los gringos, sobre todo sus gobiernos son ojetes, son como lo cantan los del Grupo Molotov, son unos “Gringos Puñeteros” así como nosotros somos pinches y frijoleros; son las características de ambos pueblos y nadie se va a morir porque las cosas sean así; los gringos son viciosos y borregos que su gobierno manipula por medio de la Mass Media al igual que nos manipula a nosotros. Nuestro destino está entrelazado y comenzó a ligarse desde que su gobierno armó e hizo acompañar a Javier Mina y a Fray Servando Teresa De Mier desde un puerto de EEUU, hacia la Nueva España –a Soto La Marina- para que nuestra independencia pudiese darse y así con mayor facilidad, ellos nos agarraran de sus puerquitos como lo hacen, y como antes lo hacía España.
No hay duda que los gringos ya habían tenido la idea de pronunciar las frases “América para los Americanos” y “Destino Manifiesto”, cosas que han seguido al pie de la letra, y que conociéndolos ya no hay de qué preocuparse porque nuestro país es de ellos, nuestras riquezas son de ellos, nuestro gobierno les sirve a ellos, nuestra economía –la macro y la micro- es de ellos y porque nuestra mano de obra, la de aquí y la que se exporta vía los braceros que se van allende el Bravo, son de ellos. Nuestra política, la interna y la externa ellos nos las dictan; la industria, el comercio y los servicios de empresas de EEUU radicadas en México le reportan a ellos más de $ 1,500 millones de dólares por día, $ 550 mil millones de dólares al año, además somos no solo su patio trasero sino su servidumbre, entonces, ¿por qué habría que mortificarnos por las pendejadas que dice Trump en el sentido que hará con nuestro dinero una barda para aislarnos y evitar que les exportemos todos sus males. Ellos nos necesitan, somos oro molido para ellos.
Si esa barda se hiciera con dinero del erario mexicano le daría trabajo a miles de mexicanos, de otra forma, ese dinero se lo roban políticos y empresarios y se lo llevan a EEUU para lavarlo y con ello solo le dan trabajo a los financieros de Wall Street y de las Islas Caimán o de Suiza, mejor hagamos el muro en chinga, antes que gente como Trump llegue a La Casa Blanca.
Si ese muro se construyera, los capos de EEUU que son los que le mandan el dinero al Chapo y a los cárteles mexicanos que son sus gatos, tendrían que mandar el dinero por las vías bancarias o por medio de valijas diplomáticas, y de no hacerlo, los narcotraficantes mexicanos tendrían que dedicarse a otras cosas y México podría progresar más. Con ese muro tendríamos mayor control de la entrada de armas a México y la delincuencia amainaría, pero también el muro serviría para que en nuestras aduanas, la salida y entrada de mercancías pagara impuestos y no como sucede ahora, que los gringos sacan y meten a y de México, todo lo que cabe en los puentes que van desde Matamoros a Tijuana de a gratis. Además ellos tendrían que sembrar la mariguana que consumen y la cocaína ya no pasaría por México, la marina norteamericana se encargaría de traerla de Colombia y nos ahorraríamos 35 mil muertos que cada año, son los que caen en nuestras calles empapando de sangre nuestras banquetas. ¡Ah!... ahorraríamos en armas, sueldos y uniformes de los soldados y policías. Por supuesto que todo esto es una utopía que mortifica al diplomático Enrique Berruga, y que no sucederá. O ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
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