El Tutelaje de la OCDE para el aeropuerto y el ferrocarril a Querétaro, es parte del mismo fraude anunciado, porque consideran al pueblo un hato de borregos pusilánimes
Dossier ahpd 638 Enero 10 de 2015
Luis Videgaray por orden de Peña Nieto pretende embaucarnos al aceptar la supervisión de la trasparencia de las licitaciones de las obras del Ferrocarril Querétaro / México y del aeropuerto de la ciudad de México a la OCDE. ¡Cómo! Me pregunto, ¿van a poner de supervisor de la trasparecía de dos licitaciones a un ratero e inepto como siempre ha sido José Ángel Gurría?
El gobierno de Peña Nieto da por hecho que los mexicanos somos un hato de borregos prestos a ser engañados una y otra vez. José Ángel Gurría, un mexicano que como secretario de Hacienda y canciller brilló por su ineptitud y harta corrupción, ahora como presidente de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) se presta a supervisar –la transparencia- de las licitaciones de las obras del aeropuerto de la ciudad de México y del ferrocarril México Querétaro. Obras consideradas cumbre de esta administración. Cumbres sí, pero del fraude y despilfarro gubernamental en el que ya se supo que Peña Nieto al igual que Luis Videgaray, recibieron como “Mordida” dos casas que entre ambas valen 125 millones de pesos.
Es inadmisible que un ratero e inepto como lo es José Ángel Gurría sea quien supervise la transparencia de las licitaciones de ambas obras. Lo es, porque este gobierno apuesta a que los mexicanos nos olvidamos del fraude de La Casa Blanca, en el que Peña Nieto involucró a su esposa para marearnos, engañarnos y darnos atole con el dedo, tratándonos de convencer que dicha casa –La Casa Blanca de Las Lomas- se la ganó actuando en telenovelas de TELEVISA. Peña Nieto y su pandilla deben saber que los mexicanos consideramos a este gobierno como una dictadura.
Para empezar, este gobierno está en entredicho por los crímenes de Tlatlaya y Ayotzinapa, al igual que el muy probable fraude perpetrado por Peña Nieto y cómplices en el caso de La Casa Blanca de las lomas, producto de una mordida derivada de la licitación de las obras del ferrocarril México Querétaro. Todavía no aclara ni transparenta estos tres graves episodios y ya está otra vez con el dedo en el renglón en la licitación. ¿Pues de que se trata?... ¿De hacernos ver a los mexicanos como un hato de borregos imbéciles, olvidadizos y pusilánimes? Se equivoca, la gente ya no le tiene confianza e incluso ya le ha perdido el respeto, porque él no se lo ha sabido ganar. Mentir, engañar, vejar y robar al pueblo no es el mejor camino para demostrarnos que es digno de nuestra confianza. ¡Ya basta señor Peña Nieto! Modérese, usted para nosotros no es de fiar.
Peña Nieto, luego de regresar de Washington a donde fue a dar los pormenores de sus errores y omisiones, regresa con nuevos bríos a decirnos que México es un país demócrata. ¡Demócrata ni que ocho cuartos! En una democracia no se le compra el sufragio a los jodidos; democracia es donde los tres poderes no están en uno solo. El legislativo y el judicial están al servicio del presidente y de su pandilla; ambos poderes ni están para proporcionar justicia ni para representar al pueblo como es su trabajo, lo están y bien establecidos, para en conjunto, robarnos, mentirnos, engañarnos, vejarnos y para mantenerse en el poder, en el poder que les otorga el administrar deshonestamente nuestros dineros. Son una sarta de sinvergüenzas vividores, no menos, no más.
Cuando la dictadura se establece para resguardar el interés de unos cuantos, -mexicanos y extranjeros- y actúa contra el interés de la mayoría, el camino que le queda a las mayorías es la de revelarse contra los tiranos, y eso es exactamente lo que está en ciernes. Hoy México y la mayoría de los mexicanos tenemos que tomar el camino de la insurgencia, de preferencia de manera pacífica, y si las condiciones no lo permiten, entonces se hará como siempre ha sido, por medio de la violencia y las armas. Este pueblo, el mío y el de todos los mexicanos, ya está harto de esta forma de gobernar, las muestras las vemos en Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Michoacán, solo falta que los estados del Norte, sobre todo Coahuila, tomen el lugar que les corresponde y se sacudan a las mafias que conforman los salinistas, Rogelio Montemayor y la pandilla de los Moreira. ¡Ya basta! Aprovechemos este punto de inflexión sin retorno que nos ofrecen los casos de La Casa Blanca de Las Lomas, de Tlatlaya y Ayotzinapa. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?
Atenta y respetuosamente
Augusto Hugo Peña D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario