Dos Naciones: Israel como “hogar de los judíos”, y México como una cleptocracia cristiana, tienen gobiernos símiles y totalmente comprometidos con la desfachatez

Dos Naciones: Israel como “hogar de los judíos”, y México como una cleptocracia cristiana, tienen gobiernos símiles y totalmente comprometidos con la desfachatez

AUGUSTO HUGO PEÑA DELGADILLO Dossier ahpd 1662 Diciembre 10 del 2017

Dos Naciones: Israel como “hogar de los judíos”, y México como una cleptocracia cristiana, tienen gobiernos símiles y totalmente comprometidos con la desfachatez, ambos nadan en la mierda pestilente de lo que en política se conoce como el totalitarismo que pende de acciones abusivas contra los débiles, contra las masas humanas circundantes a sus supuestos gobiernos que no son gobierno ni nada parecido porque se rigen con la kakistocracia.

Se dice eufemísticamente que Israel y México son países democráticos, cosa muy alejada de la verdad, ambos gobiernos son gremios y hermandades de cófrades atentos en conservar las canonjías que del poder político emanan para aplicarlas en su propio beneficio.

Previo a mis comentarios describo a la democracia como poder del pueblo; la cleptocracia como el poder en manos de los ladrones, y kakistocracia, como el poder en manos de los peores. Estos dos últimos conceptos encajan perfectamente en México y en Israel. En México estamos gobernados por los peores mexicanos y todos ellos son ladrones. En Israel el gobierno está compuesto por ladrones, los que dentro de la judería internacional e israelita, son los peores. En estos dos casos, en los dos países, los gobiernos se rigen, por medio de un Primer Ministro en Israel, Benjamín Netanyahu, y en México por un presidente, Enrique Peña Nieto, mandatarios ambos, que usan la mentira para justificar sus acciones. Para explicarlo en este simple escrito, solo mencionaré un caso como ejemplo de las acciones de cada uno de estos mandatarios.

EN MÉXICO: El presidente Peña Nieto presume en la inauguración de “La Expo México Alimentaria 2017 Food Show”, ante sus lacayos del gabinete, que México será una “Gran Potencia Alimentaria” y que avanza por la ruta correcta, y que la economía sigue creciendo y está logrando mayor dinamismo. Todo su discurso es una total mentira. México tiene más de 80 millones de gente viviendo en la pobreza, 50 millones de ellos en la pobreza extrema y de estos, 28 millones de mexicanos tienen déficit alimentario. Se importan cientos de millones de toneladas de granos -maíz, frijol, trigo, cártamo, soya, etc.,- para cubrir las necesidades interiores del país. Esto es que no vamos por la ruta correcta como presume. El dinamismo de nuestra economía solo crece en lo que se conoce como la macroeconomía, la que le otorga riquezas y abundancia a solo el 17% de los mexicanos; las medianas y pequeñas empresas decrecen, tanto en lo industrial como en el comercio y los servicios; las mayorías que son campesinos, obreros y prestadores de servicios de toda índole son 59 millones de personas, de las cuales solo poco menos de 20 millones cuentan con seguridad social y, si a este desfase socioeconómico le sumamos la podredumbre en la política, ¿qué nos queda? Un país en donde hay muchos millones de miserables y gobernantes ricos que le mienten, engañan, vejan y roban a los más pobres.

EN ISRAEL: El primer ministro Benjamín Netanyahu debe estar feliz por haber sembrado cizaña al “convencer” al ojete de Donald Trump de cambiar la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, lo que generará más odio y repudio hacia la judería internacional. Porque al hacerlo están burlando todas y cada una de las resoluciones y condenas de la ONU, las que invariablemente se votaron 193 naciones contra 2, EEUU e Israel, por crímenes de Estado y de lesa humanidad perpetrados por los judíos contra el pueblo palestino y, por robarles por medio de la fuerza sus territorios.

A través de la historia los judíos han sido percibidos como entes dañinos en todas las sociedades, cuestión que encierra cierto racismo en contra de ellos porque no todos los judíos, son malas personas y menos si los consideramos individualmente, pero organizados como manada de lobos, como lo han estado no pocas veces en su andar por el mundo no judío, definitivamente si son dañinos. Hoy vemos como tratan a los palestinos como animales, los vejan, los humillan, los golpean y asesinan, les roban sus tierras, los expulsan de sus hogares para demoler sus casas y construir en esos espacios, multifamiliares para los judíos que se están saliendo de Rusia y de Europa del Este hacia Israel. Son unos ladrones contumaces y se han prestado para que Israel y los judíos israelitas, trabajen como sicarios al servicio de EEUU. Así es como les pagan a los gringos la protección y para mantener en un nivel socioeconómico que no se han ganado. EEUU le inyecta a la judería –para Israel- más de 9 mil millones de dólares al año. 3 mil 400 millones para la compra de armas y 5 mil 600 millones o más, para gasto corriente del mantenimiento del Estado judío. No hay pueblo en el mundo más ruin –hoy en día- que los gringos y los judíos.

Me atreví a comparar al gobierno judío con el de Peña Nieto –el PRI/Gobierno- porque ambos roban y maltratan a los débiles, lo que los pinta como gobiernos/padrotes. La palabra padrote en castellano, Akrut en árabe o Gigoló en otros idiomas; este calificativo nos habla no solamente de un vividor que se prostituye, que abusa de las mujeres y vive de lo que ellas ya prostituidas por su padrote, le aportan parte de sus ingresos a cambio de protección, y de que le consigan clientela. También es un padrote el que abusa de los niños, los ancianos, las mujeres y la gente débil o menos fuerte que él. La diferencia entre Peña Nieto y Netanyahu es que el primero abusa de sus coterráneos, paisanos, compatriotas o conciudadanos, pero sobre todo de los más débiles, los pobres que carecen de todo o casi todo para sobrevivir, y por lo contrario, Netanyahu abusa de los débiles que no son judíos para ayudar a sus correligionarios, sean pobres o ricos. Ambos gobernantes son como Robin Hood, oriundo de Nottingham en Inglaterra, el que robaba a los ricos para ayudar a los pobres; esa es su leyenda. Pero Peña Nieto y Benjamín Netanyahu hacen lo contrario, roban a los pobres y ayudan a los ricos. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

So deseas leer mis anteriores escritos, puedes hacerlo ingresando a Google en: elnuevoblogdeaugustopena.blogspot.com

Atenta y respetuosamente

Augusto Hugo Peña D.



ah.pd@hotmail.com